El 29 de enero del 2011, presentamos Sangre azul el nuevo disco de Guillermo Briseño en Radio Educación
He aquí el guión:
Guillermo Briseño es fundamental en el rock mexicano, sin embargo nunca ha tenido el reconocimiento que debería aun dentro de la marginalidad desde la que, como todo músico alternativo ha sustentado su obra.
Siendo uno de los grandes pianistas que ha dado el género, es un puente básico en el surgimiento de los grandes exponentes del rock mexicano que emergieron hacia principios de los años ochenta.
Para aquellos años, Briseño ya cargaba con una vasta experiencia que arrancaba en las míticas bandas de los setentas donde la creatividad y el espíritu libre permitían una de las experimentaciones más gratas que haya tenido el rock mexicano.
En su larga trayectoria ha formado parte o ha integrado muchas agrupaciones musicales en las que, sin duda, ha sido parte fundamental este músico bigotón que, a través de los años, ha mantenido una postura indeclinable hacia sus principios que vienen de siempre, ese espíritu universitario que siempre lo ha acompañado.
Guillermo Briseño es uno de los músicos más comprometidos con las causas sociales. Solidario como el que más, este Ingeniero Químico forma parte de lo más granado de la composición mexicana. Propuestas inteligentes cuya máxima frontera pudiera ser el nivel medio de educación del país que vuelve incomprensibles, letras claras, fuertes, poéticas…
Su inmersión en el lenguaje, dándole un manejo irónico, a la vez que potente, vuelca esa rabia general que lo (nos) consume en estos tiempos que nos han tocado vivir, en una voz para la cotidianeidad, una voz con sentido, con dirección.
La constante manifestación en contra de los atropellos y gandalleces de quienes tienen tomado al mundo de las greñas, encuentra en Memo Briseño uno de sus exponentes más brillantes, no solazándose con una denuncia simplista, sino que va más allá, en una toma de postura personal que a veces suena desesperada por la falta de recepción de su entorno lo cual, muy probablemente se debe a ese vacío educativo-cultural que permea el país.
Si bien, Sangre Azul es un delicioso regreso ‘briseñiano’ al blues nuestro de cada día, el, hasta ahora, último disco de Guillermo Briseño que estamos escuchando en esta entrega, la obra de este maestro no se limita únicamente al rock
Briseño, además, ha trabajado con los poetas José Manuel Pintado y Jaime Moreno Villarreal, escrito libros de poemas y compuesto música sinfónica.
Nuestro compositor ha dejado huella a través de su paso por el rock y la poesía en las generaciones venideras de rockeros. Su siembra va desde aquellos añorados talleres, los programas radiofónicos que ha elaborado pero, principalmente, desde el 2006, como creador y director de la Escuela de Música del Rock a la Palabra, proyecto harto interesante en una ciudad huérfana de espacios y centros de transmisión del conocimiento sobre nuestro rock.
Vaya una loa (y un goya) por un grande del rock mexicano: Guillermo Briseño.
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